Cuando en estos tiempos se habla de vejez y de su relación con la industria del seguro es normal que pensemos en nuevas oportunidades, desafíos y buenas noticias, porque las tendencias vitales de esta población están mudando cada vez más de la mortalidad a la morbilidad, lo que representa una coyuntura para desarrollar nuevos productos para este segmento poblacional; claro que vejez también tiene la connotación de amenaza, ya que al emprender programas de seguros en materia de salud, una compañía aseguradora se hace muy vulnerable al riesgo de que de un quinquenio a otro determinada enfermedad pueda salirse de control, ocasionándole serios problemas financieros.
Sin embargo, la precaria salud de la senescencia excluir a los viejos sistemáticamente del aseguramiento; antes bien implica desarrollar productos y probarlos en el mercado para calibrarlos y generar experiencia. No nos estamos preparando como industria al respecto, y por ello sí nos puede caer de sorpresa manejar un mercado que en el mediano plazo se transformará en un nicho atractivo. Asó lo declaró Jorge Campa, director general de Reinsurance Group of América (RGA) en México.
Jorge Campa expresó que, sin duda, desarrollar productos para este segmento de la población entraña enfrentar algunos desafíos; por ejemplo, diseñar productos de salud un poco más inteligentes, que no sean tan caros, o que pueda establecerse una metodología que proyecte y detecte, el comportamiento de aquellas enfermedades que pudiesen presentar rápidas transformaciones. El aseguramiento de este colectivo deberá ser un ejercicio de desarrollo de opciones pero también de puntual supervisión.
El universo de posibles asegurados de edad avanzada registrará en los próximos 15 o 20 años un crecimiento importante. Hoy son pocos los productos existentes. Se están inventando seguros, pero no necesariamente baratos o satisfactorios ante las expectativas de estos consumidores. “En RGA nos especializamos en seguros de personas. El tema de la longevidad es algo en lo que estamos pensando y estamos pendientes de los factores que afectan a la mortalidad y morbilidad”, dijo Jorge Campa.
Las personas están viviendo más, y su edad productiva se ha extendido. Incluso hoy hay “viejitos” que, aunque cronológicamente presentan el deterioro natural de su condición, están corriendo maratones, se vuelven a casar o llegan a incorporarse a algunas actividades productivas, y a eso se le agregan los adelantos médicos, que han facilitado la prevención y detección temprana de padecimientos. En suma, la esperanza de vida es mayor; y, aunque ello es una buena noticia, el reto en ese sentido se centra no sólo en vivir más sino en vivir con la mayor calidad posible.
El director general en México de RGA considera que estamos frente a una nueva dimensión social, pues en el mediano plazo un número importante de personas estarán jubiladas y la pirámide se hará algo plana, sin que llegue a invertirse. Esto nos dice que en un futuro no muy lejano la proporción de dependencia va a ser más fuerte. Lamentablemente, se está haciendo relevante otro rasgo social que está rompiendo con ciertas costumbres: cada vez son más los familiares que declinan hacerse cargo de sus ancianos debido a las ocupaciones propias de la vida.
“La morbilidad es, repito, una buena noticia, pero al mismo tiempo entraña la obligación de ser conscientes de que a esas edades las enfermedades se agudizan, y ello demanda terapias y cuidados más caros. Los adultos mayores tendrán más tiempo de vida pero con menos gente que contribuya a su cuidado y se haga cargo de ellos. De aquí la importancia de trabajar y probar en el mercado productos que quizá hoy no tengan un gran éxito pero sí vayan constituyendo un excelente termómetro que nos proyectará lo que viene en ese nicho de mercado”, remachó Campa.
¿Cuál será el desafío para la industria cuando se combinen un sistema de salud rebasado, una población que envejece aceleradamente, las pensiones insuficientes y tratamientos carísimos para restablecer la salud?, se le preguntó al director general de RGA en México.
Campa respondió que primero se debe crear conciencia de que todos vamos para allá y de que la gente necesita destinar una buena parte de sus entradas al ahorro para sí mismo. El sistema de salud, como está definido en México, no es una solución, por las tasas de reemplazo que tiene la seguridad social, además de que está rebasado en materia de eficiencia en atención de padecimientos.
“Necesitamos hacer mayores esfuerzos para generar soluciones en este tema; poner un poco más de estructura y diseñar nuevos productos que nos permitan ir generando experiencia y creando mercado. Otro punto es el de los proveedores. México cuenta con mano de obra barata pero no necesariamente capacitada para atender a las personas de manera masiva, y en eso también queda mucho por hacer”, observó Campa.
Finalmente, Jorge Campa señaló que la tendencia es que las personas viviremos más gracias a los avances de la ciencia médica. “Las aseguradoras debemos buscar los caminos para atender con buenos productos a las personas ancianas y al mismo tiempo estar muy vigilantes en el tema de la antiselección, porque ahora las personas ya saben con mucho tiempo de anticipación qué padecimientos pueden llegar a desarrollar”.